Senegal

En cualquier folleto turístico de Senegal aparece la palabra teranga, “hospitalidad”, y el país se siente orgulloso de tener como sobrenombre “la tierra de teranga”.

Es uno de los países más estables de África occidental, pero eso no quiere decir que sea aburrido. La capital, Dakar, ubicada en el extremo de una península, es una embriagadora introducción al país, donde la elegancia convive con el caos, los atascos, vibrantes mercados y una rutilante vida nocturna, mientras que en la cercana la Isla de Gorée, a pocos km de Dakar, podremos disfrutar de la calmada isla tropical y conocer la trágica historia de África. En el norte, la enigmática capital de Saint-Louis, Patrimonio Mundial de la Unesco, tienta con su seductora arquitectura colonial y su proximidad a espectaculares parques nacionales. Amplias franjas de playa, Petite Côte y Cap Skirring, y el extenso delta del Casamanza, invita a subir a un bote para surcarlo en medio de una asombrosa biodiversidad, con cientos de especies de aves. El Parque Nacional de las Aves del Djoudi, con casi 300 especies en 160 km2, es uno de los refugios ornitológicos más importantes del mundo, donde anidan flamencos, pelícanos y aves limícolas, a las que se suman grandes cantidades de aves migratorias. El exuberante entorno es igual de impresionante; los vastos humedales comprenden lagos, ríos, estanques, vados y bancos de arena. El Lac Rose (también conocido como Retba) es una laguna somera rodeada de dunas, popular destino de excursiones de un día para senegaleses y turistas, que acuden para disfrutar de su tranquilidad y de la magia de los etéreos y vibrantes tonos rosados que a veces tiñen sus aguas. El espectáculo se debe a su alto contenido en sal, 10 veces superior al del océano. El efecto es más hermoso en la estación seca, cuando el sol está alto y la luz es perfecta, y si te quieres sentir como el “Principito “no hay más que visitar la Reserva Natural de Bandia plagada de enormes baobabs que transportan al viajero a un lugar con un encanto especial. Fue la primera reserva privada de Senegal y se encuentra ubicada a 65 kilómetros de Dakar en la localidad de Mbour. En ella habitan, además de baobabs, leones, hipopótamos, elefantes, monos, varanos, avestruces, jabalíes fagoceros, jirafas, cebras, hienas, búfalos, ónix, gacelas, cocodrilos, rinoceronte... difícil de olvidar después de que hagamos un fantástico safari fotográfico en jeep 4 x 4 por el territorio.

Ya sea para mezclarse con los pioneros de la moda urbana africana o para disfrutar de la soledad rodeado de naturaleza, en Senegal todo el mundo encuentra su lugar.